Los autores del Holocausto trataron a las mujeres y los niños judíos con la misma brutalidad que a los hombres judíos. Sin embargo, las mujeres judías fueron sometidas a vejaciones y opresiones adicionales, incluidas la violencia sexual y la violación.
En los campos de concentración y de exterminio nazis, las mujeres fueron obligadas a desfilar desnudas frente al personal de las SS y los guardias que las humillaban y torturaban verbal y físicamente. Las reclusas judías de los campos, así como las mujeres romaníes, también fueron sometidas a experimentos médicos ginecológicos que dejaron a muchas de las que sobrevivieron discapacitadas de forma permanente.