El Holocausto fue el intento de la Alemania nazi, sus aliados y otros colaboradores de exterminar a los judíos de Europa. Durante los seis años que duró la Segunda Guerra Mundial, la persecución y la opresión sistemática, burocrática, patrocinada por el estado y organizada por el gobierno tuvo como resultado la muerte de seis millones de judíos europeos de todas partes del continente.
La persecución de los judíos en Alemania comenzó en 1933, casi inmediatamente después de que los nazis llegaran al poder. No obstante, los asesinatos en masa y sistemáticos de judíos se produjeron durante la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente, supuso la creación de guetos y fusilamientos masivos en Centroeuropa y Europa del Este. Más tarde, entre el año 1941 y el año 1945, comenzaron las deportaciones a centros de exterminio como Auschwitz, Treblinka y Belzec, primero desde lugares de la Polonia ocupada y después desde toda la Europa ocupada. Los nazis se refirieron a esta fase de masacres sistemáticas como la solución final de la cuestión judía.
En la Unión Soviética, sin embargo, los judíos fueron asesinados principalmente por medio de fusilamientos masivos: casi un tercio de las víctimas del Holocausto fueron asesinadas en el lugar donde vivían o cerca de él, sin ser transportados a guetos o campos de concentración. La búsqueda de víctimas judías por parte de los nazis tampoco se limitó a Europa: los judíos de Trípoli fueron deportados a Bergen-Belsen y otros de Bengasi fueron enviados a un campo de trabajo en Austria.