El abogado polaco Raphael Lemkin desarrolló el concepto de genocidio en parte como respuesta al Holocausto, pero también en respuesta a instancias anteriores en las que consideraba que naciones enteras y grupos étnicos y religiosos habían sido blanco de la destrucción. Asimismo, desde que tuvo lugar el Holocausto, se han perpetrado varios genocidios. Sin embargo, los abogados, historiadores y científicos sociales no siempre están de acuerdo sobre si el término es pertinente para situaciones concretas y pueden remitirse a otros términos/definiciones, como por ejemplo “crimen contra la humanidad”.En diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio que estableció el genocidio como un delito de derecho internacional. La convención expuso cinco actos que, individualmente o en su conjunto, podrían constituir un genocidio:
- Matanza de miembros del grupo;
- Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;- Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayande acarrear su destrucción física, total o parcial;
- Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
- Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Desde el Holocausto, tres acontecimientos han sido calificados de genocidio por los órganos judiciales internacionales competentes:
El Tribunal Penal Internacional para Ruanda determinó que el exterminio de tutsis y hutus moderados en Ruanda en 1994 fue un genocidio. En aproximadamente cien días entre abril y julio de 1994, entre 500 000 y 1 000 000 de ruandeses, la gran mayoría de ellos tutsis, fueron asesinados por miembros de la milicia hutu (la Interahamwe), la guardia presidencial y la población civil que creyeron en la propaganda radiofónica, que les instaba a asesinarlos. Los genocidas principalmente asesinaron a sus víctimas cara a cara con machetes y garrotes, a menudo en sus hogares o en iglesias, donde habían huido en busca de refugio. Si bien resultaba evidente para muchos de dentro y fuera de Ruanda que la violencia era inminente, el progreso del genocidio no se controló durante tres meses mientras la comunidad internacional debatía si la violencia constituía un genocidio.
Por otro lado, la masacre de 1995 de musulmanes bosnios a manos de serbios bosnios en Srebrenica, Bosnia, ha sido considerada un genocidio por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, así como por la Corte Internacional de Justicia.
En noviembre de 2018, las Cámaras Extraordinarias en la Corte de Camboya, auspiciadas por la ONU, declararon que los Jemeres Rojos, el régimen comunista radical que gobernó Camboya entre 1975 y 1979, habían cometido un genocidio contra la minoría étnica vietnamita y musulmana cham de ese país.
Esto no significa que otros episodios de atrocidades masivas no puedan calificarse como genocidio desde una perspectiva académica. Asimismo, aquellos crímenes que puede que no cumplan con la definición legal de genocidio y que sería mejor calificarlos de “crímenes contra la humanidad” o “crímenes de guerra” pueden ser igualmente devastadores. Los debates sobre las definiciones y la naturaleza de determinados delitos son importantes y necesarios, pero no puede haber un debate que intente clasificar el sufrimiento de las víctimas.
Finalmente, aunque la adopción de la Convención sobre el Genocidio fue un avance enormemente significativo en el derecho internacional, no ha sido el único legado del Holocausto. El conocimiento de la persistencia del trauma tal y como lo han documentado los supervivientes del Holocausto nos ha hecho ampliamente conscientes de que los efectos de la violencia pueden perdurar en el tiempo. Lo cual ha ayudado a los supervivientes y a otras personas a desarrollar estrategias para reconstruir sus vidas dentro de la estela del horror.
