Después del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa, los Estados Unidos, el Reino Unido, la URSS y Francia establecieron el Tribunal Militar Internacional con jurisdicción sobre crímenes de guerra, crímenes contra la paz, crímenes contra la humanidad y conspiración para cometer tales crímenes.
En noviembre de 1945, oficiales de alto rango del Tercer Reich que habían sobrevivido fueron juzgados ante el TMI en Núremberg, Alemania. Entre ellos se encontraban Hermann Göring, vicecanciller de Hitler y uno de los líderes nazis más conocidos; el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania Joachim von Ribbentrop; Hans Frank, gobernador general de la Polonia ocupada por los nazis; el ideólogo nazi Alfred Rosenberg; y Ernst Kaltenbrunner, un alto oficial de las SS y jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich.
Durante el juicio, la fiscalía expuso con todo detalle los datos y el alcance de la aniquilación de la mayoría de los judíos europeos, aunque este no era el enfoque principal del juicio. Varios supervivientes de los campos y guetos hablaron como testigos en el juicio, al igual que varios perpetradores importantes. En particular, Rudolf Hoess, el primer comandante de los campos de Auschwitz, dio un testimonio en el que admitió que habían fallecido millones de personas.
El 1 de octubre de 1946, doce de los acusados fueron condenados a muerte, tres fueron absueltos y el resto recibieron penas de prisión. El 16 de octubre de 1946, el acusado más importante, Hermann Göring, se suicidó en su celda y diez acusados fueron ejecutados. En 1987, falleció en la prisión de Spandau el último acusado encarcelado en los Juicios de Núremberg, Rudolf Hess.