En enero de 1944, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt estableció por medio de un decreto ejecutivo la Junta para los Refugiados de Guerra (War Refugee Board, WRB). El decreto ejecutivo señaló que era competencia de la política de los EE. UU. “tomar todas las medidas a su alcance para rescatar a las víctimas de la opresión del enemigo que se encuentran en peligro inminente de muerte y brindarles a esas víctimas todo el alivio y la asistencia posibles en consonancia con el éxito de la guerra”.
La WRB, dirigida por John Pehle, colaboró con organizaciones judías, grupos de resistencia y diplomáticos de países neutrales para tratar de salvar al mayor número de judíos posible, tanto si estaban en la clandestinidad como en campos de concentración, además de publicar los primeros detalles sobre los asesinatos en Auschwitz para el público estadounidense, como parte de una campaña para disuadir a los perpetradores de cometer nuevos crímenes. El caso más famoso es el del diplomático sueco Raoul Wallenberg que, con el patrocinio de la WRB y el Comité Judío Estadounidense para la Distribución Conjunta, salvó a miles de judíos en Budapest mediante la emisión de documentos suecos que prometían protección. Sin embargo, después de la guerra, aunque la Junta para los Refugiados de Guerra había salvado a decenas de miles de judíos, Pehle describió su trabajo como “insuficiente y tardío”.